La mama tuberosa se desarrolló hasta un alto grado de deformidad, con elevación severa del surco submamario y un fuerte anillo de constricción, forma tubular y cónica, areolas agrandadas con hernia y tórax vacío alrededor de la base constreñida de los montículos mamarios.
Nótese como su rasgo de pecho tuberoso fue bien erradicado por la elevación de mamas aplicada; de no haber recibido tal mastopexia la deformidad de mama tuberosa habría requerido un abordaje integral con la pertinente mamoplastia tuberosa.
La paciente recibió una mastopexia con cicatriz en chupachups tipo Lejour más implantes redondos de tamaño moderado en el plano subfascial.
La falta de volumen en los polos superior y central de los pechos es manejable solo con implantes de forma anatómica, ya que los redondos no llenan el polo superior, una característica para la cual los de forma anatómica fueron específicamente diseñados aparte de su naturalidad.
A pesar de que los implantes con forma anatómica son los preferidos por la gran mayoría de las pacientes debido a su naturalidad y mayor eficiencia en el llenado del polo superior de la mama, aún algunas pacientes prefieren optar por los redondos pues buscan el efecto de forma de bola en el escote, aceptando sus desventajas en términos de polo superior hueco y un efecto de alguna manera artificial, logrando resultados satisfactorios como este.
La notable asimetría mamaria se manejó usando bases, alturas y proyecciones diferentes en las dimensiones nominales de referencia de las prótesis mamarias.
No persisten restos de deformidad en los resultados postoperatorios, que muestran una mama bien equilibrada, erradicación de la conicidad y forma tubular, ausencia de hernia areolar, polos superior e inferior plenos, buen escote y un montículo mamario absolutamente normal; la simetría se mejoró muy notablemente.
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